La Diosa en Guadalupe / Tonantzin.
Arte de Lydia Ruyle / Goddess Conference |
Guadalupe en el neopaganismo.
La Diosa esta en presente en diversas culturas y tradiciones, los imagos y arquetipos de lo divino son formas de experimentar lo sagrado en lo humano. Los cultos de Guadalupe / Tonantzin (Rio de lobos / Madre venerada) son sincréticos y cumplen su función como un puente simbólico con lo sagrado femenino de la tierra. Muchas maestras en el neopaganismo, Wicca Dianica y Espiritualidad de la Diosa asocian a Guadalupe con lo Sagrado femenino que sobrevive a la conquista. Starhawk, Z. Budapest, Lydya Ruyle, Kathy Jones y muchas más, encuentran en la imagen de Guadalupe un puente que conecta y aporta identidad. Muchas hijas e hijos de la Diosa la vemos como un símbolo de tierra y poder, nos reapropiamos de sus atributos solares, lunares y agrícolas y la sentimos como la señora de las Américas. Ella es el cuerpo espiritual de las mujeres, de la tierra bañada en sangre que germina más allá de la muerte, la perdida y el encuentro, el choque de mundos; dolor y vida. Es maíz abierto y canto de flores. Ella es el espíritu de la vida que no puede morir, es Madre Vida en una de sus múltiples manifestaciones. No se puede matar al espíritu, ella está aquí.
La Diosa esta en presente en diversas culturas y tradiciones, los imagos y arquetipos de lo divino son formas de experimentar lo sagrado en lo humano. Los cultos de Guadalupe / Tonantzin (Rio de lobos / Madre venerada) son sincréticos y cumplen su función como un puente simbólico con lo sagrado femenino de la tierra. Muchas maestras en el neopaganismo, Wicca Dianica y Espiritualidad de la Diosa asocian a Guadalupe con lo Sagrado femenino que sobrevive a la conquista. Starhawk, Z. Budapest, Lydya Ruyle, Kathy Jones y muchas más, encuentran en la imagen de Guadalupe un puente que conecta y aporta identidad. Muchas hijas e hijos de la Diosa la vemos como un símbolo de tierra y poder, nos reapropiamos de sus atributos solares, lunares y agrícolas y la sentimos como la señora de las Américas. Ella es el cuerpo espiritual de las mujeres, de la tierra bañada en sangre que germina más allá de la muerte, la perdida y el encuentro, el choque de mundos; dolor y vida. Es maíz abierto y canto de flores. Ella es el espíritu de la vida que no puede morir, es Madre Vida en una de sus múltiples manifestaciones. No se puede matar al espíritu, ella está aquí.
Rev. Christian Ortiz
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